Como hemos
visto en numerosos apartados de este blog, uno de los problemas más acuciantes
en la investigación submarina es el acceso a grandes profundidades en las que
existe mayor posibilidad de hallar importantes restos arqueológicos intactos o
singulares nichos ecológicos marinos.
Excavación Bajo de la Campana |
El buceo con
aire presenta unos límites muy evidentes, ya que al ser inversamente
proporcionales los factores profundidad y tiempo, el trabajo real en el fondo
resultará muy escaso y científicamente poco rentable. Si a esto unimos el acuciante
peligro de la narcosis y de las enfermedades descomprensivas (EDs), el buceo con
aire resulta peligroso y poco aconsejable por debajo de los 40 m. de profundidad (ver
el subblog http://nautilus-fisiobuceo.blogspot.com.es/).
Ahora bien: ¿Cómo
superar estas limitaciones con un margen de seguridad para el investigador?
Precisamente, uno de los aspectos en los que más se ha innovado en el mundo del buceo es el de cómo prolongar la estancia en el fondo o realizar inmersiones más profundas evitando los problemas de naturaleza médica y fisiológica que ello conlleva. A su vez, la experimentación con nuevas tecnologías de buceo (ver el subblog http://nautilus-tecnobuceo.blogspot.com.es/) ha hecho que la tecnología de inmersión sea cada vez más segura y fiable, permitiendo acceder a profundidades y áreas geográficas hasta ahora vetadas.
Precisamente, uno de los aspectos en los que más se ha innovado en el mundo del buceo es el de cómo prolongar la estancia en el fondo o realizar inmersiones más profundas evitando los problemas de naturaleza médica y fisiológica que ello conlleva. A su vez, la experimentación con nuevas tecnologías de buceo (ver el subblog http://nautilus-tecnobuceo.blogspot.com.es/) ha hecho que la tecnología de inmersión sea cada vez más segura y fiable, permitiendo acceder a profundidades y áreas geográficas hasta ahora vetadas.
Una de esas
innovaciones ha sido la utilización de diferentes mezclas de gases, con
composiciones distintas al simple aire comprimido, para facilitar el buceo
científico (y deportivo).
Una de ellas, es
el Nítrox, consistente en una mezcla de Oxígeno y Nitrógeno en proporciones
diferentes al normóxico (21 % Ox- 79 % Nit). La mezcla recibe una denominación diferente
según la proporción de oxígeno presente, que es siempre superior al 21 %, por
lo que se le suele llamar “Aire enriquecido” (AEN o en su denominación inglesa EAN)
recibiendo la etiqueta final en función de la proporción de oxígeno: así, por
ejemplo, AEN38, implica una mezcla de 38 % Oxígeno y un 62 % Nitrógeno.
Aunque esta mezcla no requiere especial complejidad para el buceador, al menos en el añadido de botellas extra, sí precisa un riguroso control en su uso y en la Profundidad Máxima Operativa (PMO) que se puede alcanzar.
Por su parte, el Trímix, es una mezcla ternaria en la que adquiere un papel relevante el Helio como gas inerte: su formulación suele indicar, por orden, la proporción de Oxígeno, de Helio y de Nitrógeno, aunque éste último no suelen indicarse en la etiqueta final. Así Tx18/45 implica una mezcla de Oxígeno al 18 %, Helio al 45 % y el resto, hasta el 100 % total, es la proporción de Nitrógeno.
Una variante de estas mezclas de gases es el Héliox, en el que el Nitrógeno es sustituido por el Helio, acabando casi totalmente con los riesgos descompresivos y de narcosis, pero es una mezcla muy cara, debido al precio del Helio, así que se utiliza preferentemente en buceo profesional y científico.
Aunque las variedades de mezclas, así como las ventajas y los inconvenientes de las mismas, varían sustancialmente podemos decir, en general, que su papel relevante es minimizar los riesgos de la descompresión, reduciendo considerablemente el tiempo de las paradas y la aparición de Enfermedades Descompresivas, así como el riesgo de aparición de narcosis.
El buceo con estas mezclas de gases lleva siempre aparejado el conocimiento exacto de la PMO para cada tipo de mezcla utilizada, así como de las restricciones necesarias (tiempo en el fondo, riesgos de hipoxia, acarreo de material de buceo extra...) para poder desarrollar un trabajo científico que garantice no sólo la operatividad, sino también y de una forma especial el factor de seguridad.
El trabajo científico ha de ser muy riguroso, metódico, pero también seguro (abajo, imagen de la excavación del Bajo de la Campana, Murcia).
Por otra parte, el buceo con mezcla de gases requiere complejas titulaciones especiales, más bien propias del buceo profesional (científico, estratégico y de salvamento), aunque instituciones competentes especializadas en buceo deportivo, como la Federación Española de Actividades Subacuáticas (FEDAS, integrada en la CMAS), están perfectamente capacitadas para impartir cursos de buceo técnico con Nítrox, Trímix y similares, con altos estándares de exigencia.
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