PROYECTO NAUTILUS: La documentación

jueves, 18 de abril de 2019

La documentación

El primer paso que todo arqueólogo tiene que realizar es una previa documentación y estudio de fuentes de información acerca del yacimiento arqueológico sobre el que se va a trabajar. Esta fase es considerada crucial para la investigación que se va realizar y hace referencia a la recopilación de datos que más tarde aportarán información, incluso indica si es adecuado realizar la posterior excavación pues dependiendo del estado de los resto sería muy arriesgado exponerlo a la superficie.

Se le considera tan importante puesto que al haber tantos restos posibles en el mar de muchísimas épocas distintas es fundamental recopilar información sobre todas ellas. La información dentro de la documentación abarca desde la localización, datación y su interpretación. Es una etapa muy lenta ya que ha de ser cautelosa, y además, también influye la cantidad de información de la que se disponga.

La primera fuente de información son los textos históricos en los que se llegan a citar naufragios concretos. Y... ¿dónde se pueden encontrar estos textos históricos? Principalmente se localizan en archivos, por ejemplo, los más conocidos son el Archivo General de Indias o el de Simancas, Archivos Militares, Archivos Navales y Marítimos... En ellos podemos encontrar datos sobre naufragios, registros de carga, en general estudios históricos que nos dan la información que deseamos y necesitamos para localizar posibles yacimientos arqueológicos subacuáticos.

Para complementar la recopilación de datos, también se realiza un estudio de los documentos cartográficos históricos que nos da referencias pasadas que se desconocían de las costas como por ejemplo puntos de fondeo hasta edificaciones que existían anteriormente, que tramos eran los más "duros" en la navegación. Y por si fuera poco, la cartografía tiene que ir junto con información topononímica que proporciona datos de zonas de costa como puntas, bahías y estrechos. Este rastreo toponímico en ocasiones ha sido la pieza clave en la documentación pues ha aportado pistas decisivas a la hora de localizar posibles hundimientos.

La mayoría de las veces, el nombre del yacimiento que se ha encontrado ha sido utilizado para dar nombre al lugar geográfico donde se ha localizado (como por ejemplo el bajo de San José, en la costa de Panamá donde se hundió el galeón español del mismo nombre)

Junto con el estudio cartográfico también se suele hacerse incapie en el de las cartas náuticas de hoy en día para comparar zonas, líneas de costa, edificaciones situadas en el litoral, la topografía exacta del fondo marino, los tipos de fondos y sus profundidades y tener así una base previa de conocimiento antes de emplear los métodos de prospección (ya sean directos o indirectos).

Incluso a veces, la información arqueológica (sobre los restos arqueológicos situados en museos cercanos) puede servirnos de gran utilidad en cuanto al tipo de objetos que se pueden encontrar, su valor histórico y cultural... Por está misma razón, las gentes de la zona, los pescadores y los buceadores habituales del sitio, de vez en cuando nos "entrevistados" por si se diese el caso de qué saben algo.

Cabe mencionar, que no todo a lo largo de la historia ha podido ser documentado pues por desgracia la falta de aplicación de legislación al Patrimonio Arqueológico Submergido ha provocado que los cazatesoros alberguen en sus posesiones restos arqueológicos de significado histórico valioso siendo así imposibles de estudiar, investigar y documentar.

Una vez ya con todos los datos posibles expuestos, se forma un "puzzle" de información el cual se tratará de completar con los siguientes pasos en la prospección.

Para concluir simplemente decir que es una etapa muy ligada a la prospección pues el avance de los métodos de prospección no invasivos pueden llegar a ser parte del registro.Sin una buena y correcta documentación no se puede tener una prospección con éxito.

Bibliografía: