PROYECTO NAUTILUS: La descompresión

Maniobra de Valsalva

En primer lugar, esta técnica fue descrita por Antonio María Valsalva en la obra "Tratado sobre el oído humano" en 1704. Esta maniobra tiene la peculiaridad de que consiste en espirar fuertemente (pero no de manera brusca) durante 10-15 segundos por la nariz pero con la nariz tapada (utilizando el índice y el pulgar con relativa fuerza) y la boca cerrada de manera que también se cierra la glotis. El objetivo es equilibrar la presión en el oído medio (utilizando aire atrapado en la garganta) ya que al sumergirse la presión aumenta de manera notable y las trompas de Eustaquio necesitan ser aliviadas (sino podrían acarrear problemas graves como la ruptura del tímpano o un barotraumatismo cuando la presión del oído medio es bastante menor menor que la presión del medio). A su vez, con esta técnica conseguimos expulsar gran parte del pus del oído medio.

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La presión de la rinofaringe aumenta de manera que la resistencia de cierre de la trompa se ve superada y se abre, permitiendo que el aire entre en la caja timpánica empujando a la membrana timpánica hacia fuera aliviando así al oído medio. Es muy importante saber que hay que realizar la maniobra antes de que duelan los oídos, de una manera continua. Si al descender vemos que no surge efecto, hemos de ascender unos metros (dos aproximadamente) y realizar entonces la compensación. ¡Nunca hay que realizarla mientras ascendemos y si la compensación se nos hace muy difícil abandonaremos la inmersión!

A continuación, os dejo un vídeo que espero que resuelva cualquier duda sobre esta técnica necesaria en el buceo, y que el equipo Nautilus2019 empleó en su bautismo de buceo.

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Por último como detalle, existe lo que se conoce como "Maniobra de Valsalva modificada" y que tiene un papel destacable en la reversión de la taquicardia supraventricular.

La enfermedad descompresiva

La enfermedad descompresiva o la "enfermedad del buzo" no solo afecta a los buzos (son la mayoría de los afectados), también afecta a pilotos y personas que trabajen en un ambiente en el que la presión es mayor a la atmosférica. Respecto al buceo profundo, es necesario destacar que el N2 (del aire comprimido en las botellas) al aumentar la presión pasa de estado gaseoso a estado líquido (a partir de los 50 metros de profundidad, por ello empieza a ser tóxico). Este nitrógeno líquido se disuelve y se infiltra en los tejidos.

La ley de Henry dice que la cantidad que se absorbe de gas es proporcional a la presión parcial del gas. Pero además de ello, el tiempo de exposición al gas, la temperatura, el coeficiente de solubilidad y las profundidades alcanzadas influyen en los niveles y frecuencia de absorción.

La enfermedad se da cuando se forman y se acumulan burbujas de gas inerte (procedente de una sobresaturación) en los tejidos y vasos sanguíneos. Es la consecuencia de una descompresión errónea. Durante la inmersión, actúa la "compresión" y aumentan las presiones parciales de los gases en nuestro organismo, de manera que las células del cuerpo comienzan a absorber estos gases (el nitrógeno en estado líquido), con la peculiaridad de que suelen concentrarse en tejidos ricos en grasa.

El problema descompresivo se da en el ascenso del buzo hacia la superficie desde las profundidades del océano/mar, durante ese ascenso, el nitrógeno líquido disuelto en nuestros tejidos se transforma de nuevo a gaseoso escapando hacia la sangre y los pulmones. Si las paradas descompresivas no se realizan de manera correcta se crean las burbujas de gas inerte (fase de sobresaturación) que se acumulan llegando a obstruir los vasos sanguíneos (sobre todo los capilares) e incluso provocando fenómenos embólicos. Las investigaciones apuntan a que la fase de iniciación de la enfermedad se suele dar en los niveles intersticiales e intralinfáticos.

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(Podemos ver como el volumen pulmonar se reduce con la profundidad, como aumenta el barómetro con la profundidad y la expansión en volumen de las burbujas de gas dependiendo también de la profundidad y la presión)

Las burbujas circulantes por vía intravenosa que tienden a ser expulsadas pueden ser de dos tipos: masivas, aquellas que no se pueden eliminar por la vía pulmonar y obstruyen la circulación pulmonar y sanguínea causando problemas respiratorios y colapsos que a su vez pueden tener represalias más graves en otros sistemas y órganos del cuerpo; y burbujas silentes, aquellas que son eliminadas por vía pulmonar de nuestro cuerpo gracias a la realización de una correcta descompresión (es decir, el empleo del tiempo necesario a una determinada profundidad para que por vía pulmonar nuestro cuerpo expulse las burbujas silentes de nitrógeno).

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Para prevenir que se pueda padecer esta enfermedad o que se agrave más, los buceadores deberían sumergirse con instrumentos de medición que permitan calcular la profundidad, las presiones parciales de los gases, el tiempo y la velocidad del ascenso. También hay que seguir las normas estrictas de seguridad en el buceo, mantener un ritmo de ascenso pausado (12-18 m/min), evitar tomar alcohol antes de bucear (favorece la absorción del nitrógeno), y sumergirse dentro de los límites plasmados en las tablas de buceo.

Por otro lado se encuentras los síntomas, en general suelen aparecer a las 24 hora de la inmersión pero en casos severos pueden apreciarse a los pocos minutos o en el momento en el que se alcanza la superficie. Dentro de ellos, los más importantes son: hormigueo en las extremidades; parálisis musculares; dolor de cabeza que puede llegar a provocar mareos y nauseas, y dificultad al respirar.

Finalmente, el tratamiento consta de dos momentos: el primero es nada más salir a la superficie y durante el traslado a un hospital o un centro capacitado para la Medicina Hiperbárica, en este momento a la persona afectada se le administrará oxígeno al 100%, y por último, en una cámara hiperbárica el paciente recibirá el tratamiento de la oxigeno-terapia hiperbárica que le ayudará a eliminar más rápidamente todo el nitrógeno (estado gaseoso) que forma las burbujas del cuerpo.

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Durante nuestra estancia en el CBA, al equipo Nautilus2019 nos llegaron a poner casos de personas que habían salido a la superficie con la mitad del cuerpo paralizado, e incluso ciegos y sordos. Es decir, se pueden dar casos muy graves incluso en personas muy especializadas como los militares españoles en este caso.

Teoría de la descompresión: Modelo de Haldane

John Scott Haldane fue un científico escocés que tras varios años de investigación, la Royal Navy le contrato en busca de una solución para la enfermedad descompresiva que sufrían sus buzos. Sus estudios se centraron en la respiración y en mecanismo celulares que regulaban funciones importantes. En el aspecto de la descompresión, Haldane afirmaba que el nitrógeno puede estar diluido en nuestro cuerpo si la presión a la que nos encontrásemos no fuera inferior a la mitad de la presión anterior en la que el nitrógeno se transformó en líquido en nuestro cuerpo, y que si ocurría lo contrario se desarrollaría las burbujas comentadas en los apartados anteriores.

Incluyó el concepto de "compartimento" en su teoría, este representaba a todos los tejidos como uno, es decir que se comportaban de manera homogénea con la disolución de nitrógeno. De esta manera elaboró lo que hoy conocemos como las tablas de descompresión, siendo un ejemplo de ellas la siguiente.