Este
espacio fue propuesto como Reserva de la Biosfera por la Unesco, pero la
propuesta no prosperó debido a las actividades industriales de Cartagena y La
Unión y se catalogó finalmente como Parque Regional.
El Parque regional
de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, fue declarado parque
regional por la Ley 4/1992 de Ordenación y Protección del Territorio de la
Región de Murcia. Este parque se encuentra en la zona más oriental del litoral
de la región de Murcia, al sur del Mar Menor y comprende territorios de
Cartagena y La Unión. El Parque abarca unas 2800 ha y está recorrido por la
Sierra de Cartagena que presenta dos franjas, una al norte de naturaleza
calcárea y mayor altura y otra al sur de naturaleza pizarrosa. Este espacio
protegido se caracteriza por la gran diversidad de ambientes que lo forman,
desde playas a bosques, además de arenales, calas, ramblas, dunas fósiles,
acantilados o salinas. El Parque presenta dos zonas diferenciadas, una central
alejada de la costa en la que hay cultivos y eriales y otra próxima a la costa
donde podemos encontrar las salinas del Rasall , playas arenosas, acantilados y
dunas fósiles.
El
relieve es montañoso y abrupto. En el centro aparecen barrancos y ramblas,
mientras que en la línea de costa hay grandes acantilados. Las montañas no
sobrepasan los 400 m sobre el nivel del mar, Peña del Águila (389 m), Cabezo de
la Fuente (336 m), Monte de las Cenizas (307 m) y Cabezo del Horno (283 m).
También encontramos zonas planas que constituyen las playas y cuencas de
sedimentación que se utilizan para la agricultura.
El clima de la zona es
mediterráneo, con veranos secos y cálidos, que son más suaves por la cercanía
del mar. Las precipitaciones son muy escasas, como corresponde a un régimen
pluviométrico semiárido y cuando aparecen suelen ser torrenciales.
En el parque regional
podemos distinguir varias zonas: zonas húmedas, montañas y sierras y
acantilados, playas y fondos.
En
el humedal de las Salinas del Rasall encontramos salinas, saladares y carrizal
donde conviven aves acuáticas y limícolas con el fartet, que es un pez
autóctono de la península y que está en peligro de extinción. Otras zonas
húmedas son las cuencas de ramblas y barrancos que albergan especies vegetales
como baladre, adelfa, juncos, carrizo o taray y donde viven aves como el
abejaruco o cernícalo común.
En
la zona montañosa aparece un pinar de pino carrasco que es sustituido por
matorral y arbustos en las laderas orientadas al sur. Junto al pinar aparecen
especies vegetales como palmito, coscoja o espino negro. En los pinares habitan
mamíferos como conejo, zorro, garduña o lirón careto. En cuanto a las aves hay
rapaces como el alcotán o ratonero común y otras aves como mirlos, carboneros
comunes, jilgueros, tórtolas, torcaces, currucas o petirrojos.
En la zona del
matorral, aparecen el palmito, el espino negro, el arto, el cornical o la
aliaga junto con jaguarzo, jara negra y plantas aromáticas como romero, tomillo
o espliego. Estas especies constituyen un manto muy eficaz que frena la acción
erosiva de estas laderas de fuertes pendientes. En este hábitat encontramos
mamíferos como la liebre o el zorro, aves como la perdiz, collalba negra,
colirrojo tizón, bisbita común, curruca cabecinegra o el alcaudón común. Entre
las rapaces hay cernícalo común, halcón y águila perdicera que utilizan estas
zonas como espacio de caza. También podemos encontrar reptiles como lagarto
ocelado, lagartija común, cenicienta y colirroja, culebra bastarda y culebra de
escalera.
En
la zona de acantilados de paredes calizas aparece una flora escasa y rara, el
chumberillo de lobo, Caralluma europaea. En
las dunas y playas encontramos plantas adaptadas al tipo de sustrato de esta
zona, arena y sal, como el perejil de mar, la margarita marina, el barrón, la
zanahoria borde, la azucena de mar o el cuernecillo. En estas zonas encontramos
aves acuáticas y limícolas como gaviota, charrancito, chorlitejo patinegro,
correlimos tridáctilo, ostrero o vuelvepiedras. En cuanto a los reptiles se
encuentran eslizón ibérico, lagartija colirroa, lagartija colilarga, lagarto ocelado
y culebra bastarda.
Los
recursos naturales de Calblanque han sido explotados desde la antigüedad. Hay
varios yacimientos que revelan la presencia humana, como el yacimiento Abrigo
de los Déntoles, donde se han encontrado conchas de moluscos y piedras usados
por grupos nómadas de cazadores-recolectores que encontraban en esta zona
abundante pesca y marisco. También en la Cueva de los Mejillones se han
encontrado restos de arpones, dardos o cerámica que prueba su ocupación
prehistórica. Posteriormente los romanos vivieron en la zona y se encuentra una
Calzada Romana construida para extracción de minerales metálicos como plomo o
plata. Tras la ocupación de Calblanque por los piratas del siglo XVI, quedo
deshabitada durante un tiempo hasta que, a principios del siglo XIX, se comenzó
a cultivar algunas tierras o comenzó la extracción de sal de las salinas, como
la del Rasall. También volvió la minería con nuevas técnicas de extracción de
minerales, pero esta actividad cesó hacia 1990, dejando pozos, castilletes,
lavaderos o escombreras.
Bibliografía
Parque Regional Calblanque. (2019). Memoria Annual de Gestión 2018 Retrieved 28 April, 2019, from http://www.murcianatural.carm.es/c/document_library/get_file?uuid=30b2d672-5bf0-453e-9cc9-9ab67cebafd3
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Ministerio para la Transición Ecológica (2019). Mitecogobes. Retrieved 27 April, 2019, from https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/espacios-protegidos/espacios-protegidos-por-instrumentos-internacionales/en_ap_ZEPIM.aspx
Lucia S,. 2º Bachillerato IES ALPAJÉS
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