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Bajo de la Campana

El yacimiento del Bajo de la Campana, es una formación calcárea de 100 metros cuadrados, que asciende a la superficie desde unos 24 metros de profundidad. Este yacimiento se descubrió en la década de los 50 del Siglo XX, mediante un grupo de buceadores que buscaban chatarra en el fondo marino. Se trata de un navío fenicio de 20 metros de eslora que se hundió en aguas del Mediterráneo en el siglo VII a.C. 

Defensas de Elefante 

Al frente del rescate de este espectacular tesoro submarino, se halla un equipo de arqueólogos procedentes de once países que, gracias a un acuerdo internacional entre el Instituto de Arqueología Náutica, el Ministerio de Cultura de España y el gobierno autonómico de Murcia, han llevado a cabo este verano la cuarta campaña arqueológica. La mayoría de las pìezas están adscritas a la carga del barco. La parte más importante del barco son más de 50 defensas, lingotes de cobre y estaño al igual que una tonelada de mineral de plomo. 

Actualmente, los estudios sobre la carga llevada por el pecio fenicio está arrojando luz sobre diferentes aspectos de estos y su actividad comercial por el Mediterráneo Occidental. Así como el estudio sobre las interacciones entre los pueblos indígenas y los comerciantes fenicios.

Pecio Cartagena I

Fue descubierto en 2007, en el inicio de la primera campaña de Prospección arqueo-geofísica llevada a cabo en la bahía de Caretagena. Tras finalizar la prospección con un sonar de barrido lateral, se analizaron los refistros resultantes y se descubrió una anomalía de interés, semejante a una especie de agrupación de rocas en forma ovalada, lo que reslutó ser un túmulo con al menos dos niveles de ánforas romanas de época republicana en buen estado. 

Fotografía del yacimiento

Dada la revalencia del hallazgo, en la campaña de 2008, se intensificó el trabajo en este pecio, se utilizaron sonares de barrido lateral de media y alta frecuencia junto a un perfilador de sedimentos. Lo que permitió obtener imágenes de alta resolución de la superficie de los pecios, haciendo posible la realización de una inspección visual con vídeo de todo el conjunto y una exhaustiva documentación fotográfica. 

Estas técnicas utilizadas permitieron documentar un túmulo de ánforas de unas dimensiones de 16 metros de largo y 7 de ancho. La mayor parte de ánforas se encuentran en bastante buen estado, intactas y casi completas, tumbadas o semidesenterradas y algunas superpuestas. sin embargo se han encontrado marcas de arrastre en algunas, lo que hace evidente la amenaza que pueden tener los fondeos en los yacimientos arqueológicos sumergidos.